Jugar por la gloria: La (casi) redención del críquet de Sudáfrica
La montaña rusa de éxitos y reveses de los Proteas
El 16 de noviembre, el carismático Temba Bavuma, capitán de la selección de críquet masculino de Sudáfrica (también conocido como Proteas), llevó al equipo a Eden Gardens en Calcuta, India. Su adversario: el formidable pentacampeón, Australia. Este choque marcó una de las dos emocionantes semifinales en pos del codiciado trofeo de la Copa Mundial del Consejo Internacional de Críquet (ICC).
Los Proteas, que ya habían conseguido una victoria contundente de 134 carreras sobre los australianos en la fase de grupos, se encontraron a punto de llegar a la final, impulsados por la ambición de superar sus logros anteriores. El desempeño del equipo había sido notable, derrotaron a todos los equipos excepto a los anfitriones, India. Sin embargo, su camino dio un giro inesperado cuando los sudafricanos sucumbieron ante Australia por un estrecho margen de tres entradas.
A los Proteas se les califica despectivamente como «chockers» (estranguladores), y a pesar de su galante derrota, mostraron una determinación inquebrantable en el campo. El entrenador, Rob Walter, al reconocer el alentador esfuerzo del equipo, expresó su profunda decepción en la derrota; defendió a su equipo contra la narrativa del «estrangulamiento», Walter comentó: «Supongo que necesitas definir qué es un ‘estrangulamiento’. Para mí, estrangulamiento es perder un juego que estás en condiciones de ganar. En este caso, estábamos detrás de la bola ocho desde el primer momento y realmente luchamos para volver a la competencia…».
Esta derrota destaca la perdurable montaña rusa de éxitos y reveses de los Proteas, que ha hecho que se les considere el mejor equipo que nunca ha ganado la Copa Mundial de Críquet. La historia del críquet de Sudáfrica está marcada por transiciones, y ahora apunta a un futuro profundamente arraigado en la cultura, las oportunidades, las resiliencia y el potencial global.
Años de formación
A los Proteas se les conocía como «springboks» (gacelas) durante la era del apartheid, y Sudáfrica era el país más importante en cuanto a críquet de África. El equipo tiene una historia que se remonta al partido inaugural de críquet jugado en suelo sudafricano en 1808. El encuentro, con funcionarios ingleses, marcó el inicio del recorrido del críquet en Sudáfrica. Sudáfrica desempeñó un papel fundamental, junto con las potencias Inglaterra y Australia, en la formación del Consejo Internacional de Críquet (ICC) en 1909.
La narrativa del críquet sudafricano sigue hilos complejos sociohistóricos. En 1892, William Henry «Krom» Hendricks emergió como el primer jugador negro considerado digno de la selección nacional, pero enfrentó exclusión por la discriminación racial. Los prejuicios raciales de la época de Hendricks continúan resonando en los debates contemporáneos sobre selección, inclusión y diversidad dentro del críquet sudafricano.
Los torneos triangulares de principios del siglo XX, que involucraron a Inglaterra, Australia y Sudáfrica, son ejemplo de la relación armoniosa entre esas naciones de críquet. La época, marcada por recorridos por los mares, se convirtió en un capítulo fundamental del legado colonial británico.
A pesar de ser una parte crucial de la fraternidad de críquet, el equipo enfrentó un período oscuro en la década de 1970 debido a las prohibiciones relacionadas con el apartheid. Esta pausa no impidió que jugadores individuales como Barry Richards, Graeme Pollock y Mike Procter dejaran su huella en la Prueba de Criquet internacional, considerado a menudo como el pináculo del juego.
En la turbulenta era de las Giras Rebeldes (1982-1990), brilló la resiliencia del críquet de Sudáfrica. Las giras fueron calificadas como ilegales por la exclusión del país de la fraternidad del críquet, y se convirtieron en un escenario para que los jugadores mostraran su talento en medio de la censura mundial. A pesar de las prohibiciones, los controvertidos equipos de las Indias Occidentales, Inglaterra, Australia (que se ganaron la ira del entonces primer ministro, Bob Hawke) y Sri Lanka (como AROSA Sri Lanka XI en 1982) ingresaron al país para jugar.
La prohibición del críquet sudafricano se levantó en 1991, lo que marcó el regreso del país al ámbito internacional del críquet. Sudáfrica y Zimbabwe representan a la región africana entre los doce equipos que tienen situación de juegos de prueba.
Restablecimiento y posición de la prueba principal
Durante la Copa Mundial de Críquet de 1992 en Australia y Nueva Zelanda, el recién nombrado Proteas impresionó, llegaron a las semifinales. Mientras que otros deportes integraron activamente a las comunidades, el críquet siguió siendo exclusivo y atendía predominantemente a un grupo demográfico exclusivos de blancos. Fue recién en 1998 que el panorama del críquet acogió a su primer jugador negro oficialmente reconocido, Makhaya Ntini.
El funcionario de desarrollo Raymond Booi, de Border Cricket, fue pionero de en un programa de minicríquet que mostró las habilidades de Ntini, que llamó la atención de los cazatalentos. En dos años, Ntini ascendió a la selección nacional Sub-19 de Sudáfrica, e inició un recorrido innovador por Inglaterra. Su viaje marcó un símbolo histórico de la representación africana en el críquet sudafricano.
Aunque era un reconocido jugador rápido, Ntini enfrentó mucho racismo y dificultades para integrarse en el equipo Proteas. En una entrevista con Morning Live de SABC 2 reveló que a menudo se sentía solo durante su carrera internacional de críquet, ya que sus compañeros de equipo a menudo lo excluían de los planes sociales. Optó por correr entre estadios y hoteles para evitar usar el autobús del equipo, ya que sus compañeros evitaban sentarse cerca de él. A pesar de estas dificultades, jugó un papel fundamental para asegurar la primera victoria de los Proteas en un torneo importante: el Torneo Eliminatorio de la ICC en 1998. En el mismo año, ayudó al equipo a ganar una medalla de oro en los Juegos de la Commonwealth como parte del equipo List-A, con un triunfo sobre los australianos en Malasia.
El viaje de Ntini rompió barreras y sirvió como catalizador para el cambio dentro del críquet sudafricano. Sus contribuciones allanaron el camino para un futuro más representativo e inclusivo en la historia del críquet de la nación.
Todavía no hay gloria en la Copa del Mundo
A principios de 2000, los Proteas se embarcaron en recorridos de críquet que subrayaron su importancia en el panorama mundial del críquet. En 2003 hubo un momento crucial cuando Sudáfrica, junto con Kenia y Zimbabwe, organizaron conjuntamente la Copa Mundial de Críquet. Sin embargo, el torneo se vio empañado por la controversia, con la confiscación del equipo inglés contra Zimbabwe como protesta contra el gobierno del presidente Robert Mugabe.
Las complicaciones aumentaron cuando Nueva Zelanda se negó a jugar contra Kenia en Nairobi, por «asuntos de seguridad«. A pesar de los obstáculos, el torneo indicó el éxito africano. Los australianos aseguraron su tercer título de la Copa del Mundo cuando derrotaron a la selección india en la final. Los Proteas, al perderse una victoria en casa, se ganaron la perdurable etiqueta de «chokers» (estranguladores) que persiste en 2023.
En este contexto, Sudáfrica adoptó una política de cuotas raciales, promovió un equipo más diverso. La política fue revisada en 2016, y exige un mínimo de seis jugadores negros por equipo, incluidos al menos dos «africanos negros» en cualquier temporada. «Africano negro» se define como personas de ascendencia africana, mientras que el termino más amplio «negro» abarca personas de ascendencia africana y mestiza. Desde la adopción de la política de cuotas raciales, ha habido varios jugadores negros en el equipo.
Rompiendo fronteras: El recorrido de un capitán
El compromiso del Críquet de Sudáfrica con la inclusión dio un paso significativo en 2020 cuando se fundó Cricket For Social Justice and Nation Building (SJN). Esta iniciativa surgió en respuesta a un incidente que involucró al jugador de críquet de Indias Occidentales, Daren Sammy, que expuso un apodo degradante en Sunrisers Hyderabad, franquicia de la Liga Premier de India.
El jugador sudafricano Lungi Ngidi reunió a la comunidad de críquet para tomar una posición, y obtuvo el apoyo de 36 jugadores y entrenadores destacados. La culminación fue la simbólica toma de la rodilla en el parque SuperSport de Centurion en Gauteng, Sudáfrica en julio de 2020, que sentó las bases para CSA-SJN.
En la historia del críquet sudafricano, la diversidad en el liderazgo surgió con Ashwell Prince, primer capitán mestizo (2006-2009), seguido de Jean-Paul Duminy (2009-2010) y Justin Ontong (2012).
En 2012, los Proteas alcanzaron el primer puesto en el Campeonato de Pruebas del ICC, en los tres formatos de críquet. En 2013, se produjo un momento histórico para los Proteas: Temba Bavuma se convirtió en el primer bateador negro africano. Se unió al equipo de pruebas en 2014, debutó contra las Indias Occidentales. En marzo de 2021, siguió haciendo historia como primer capitán permanente africano negro, al frente del equipo de liga limitada.
Bajo la capitanía de Temba Bavuma, los Proteas han resurgido, inspirados en sus homólogos de rugby para lograr victorias consecutivas en la Copa del Mundo. El liderazgo de Bavuma destaca el compromiso de la inclusión y la igualdad en la búsqueda de la excelencia en el críquet.
En otra Copa del Mundo más, los Proteas vuelven a alcanzar las semifinales, lo que da pie a la introspección en medio de una percepción de rendimiento insuficiente. El críquet se erige como una fuerza perdurable en la nación arcoíris, y dirige la narrativa de los Proteas.