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Qué pueden explicar las agresiones en escuelas brasileñas, según un experto #escuelas #brasil
Un cuarto de los ataques con armas de fuego en los últimos 20 años ocurrieron en 2022
El 25 de noviembre, un atentado a dos escuelas en el municipio de Aracruz, en el estado do Espírito Santo, al sureste de Brasil, dejó cuatro muertos y diez heridos.
Según la Policía Civil, el ataque lo planeó durante dos años un adolescente de 16 anos, exalumno de unas de las instituciones. Una investigación del Instituto Sou da Paz muestra que de los 12 ataques en escuelas con armas de fuego y muertes registrados en los últimos 20 años, tres ocurrieron en 2022.
Sou da Paz es referencia en investigaciones y estudios de vinolencia armada en Brasil, y contribuye «a la materialización de políticas públicas de seguridad y prevención de la violencia».
El tirador de Aracruz es hijo de un policía militar y aparece en las imágenes de las cámaras de seguridad. Se le ve usando la imagen de una esvástica nazi en el brazo. Según el sitio web G1, usó dos armas del padre en el ataque.
El mismo día y también en el estado de Espírito Santo, en la ciudad de Colatina, otro adolescente fue detenido después de herir al menos a cuatro personas con un estilete.
Qué puede explicar los ataques
En entrevista con Global Voices, Bruno Langeani, gerente de Sou da Paz y autor del libro «Arma de Fogo no Brasil: Gatilho da violência«, afirmó que la frecuencia de los masacres está relacionada con muchos aspectos, como la flexibilización de los decretos armamentistas brasileños durante el gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022):
En la mayor parte de los casos, el arma se obtuvo dentro de la casa, y por eso que [Instituto Sou da Paz] también ha hablado al respecto: en los últimos cuatro años hubo una flexibilización, un relajamiento muy grande al acceso de armas de fuego, las armas más potentes. Entonces, tener más personas con armas de fuego es un factor de riesgo para ese tipo de atentado.
Durante el gobierno de Bolsonaro, el número de armas registradas en las manos de los civiles aumentó: pasó de cerca de 695 000 em 2018 a casi dos millones en 2022.
La gestión bolsonarista flexibilizó las leyes armamentistas, autorizó que alguien con licencia CAC (cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas) puede tener hasta 60 armas, desde revólveres hasta fusiles, y comprar 180 000 municiones al años; antes eran 16 armas y 40 000 proyectiles. Además de eso, creció el número de clubes de tiro esparcidos en el país: un informe de UOL señala que se inauguró una unidad al día en el gobierno de Bolsonaro.
Langeani, maestro en políticas públicas, dijo que hay dos aspectos a destacar en medios de los episodios recientes de violencia en las escuelas: el discurso violento que acostumbra usar el propio Bolsonaro, que «trata al diferente como enemigo», y los cambios en la legislación brasileña.
Incluso en los casos en que esta arma no se obtiene en casa, en la mayoría de los casos podemos rastrear que se trata de un arma procedente del mercado legal […] Nuestras masacres son masacres llevadas a cabo con armas y municiones 100 % nacionales. Revólveres de Taurus (fabricante brasileño de armas de fuego de São Leopoldo, estado de Rio Grande do Sul), munición de CBC (Companhia Brasileira de Cartuchos), este es el escenario más común. Así pues, incluso en los casos en que esta arma no se obtuvo dentro de casa, este mercado legal repercute en el arma usada en la masacre.
El presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva, que asume el cargo en enero de 2023, dijo en su discurso después de la victoria que es “hora de bajar las armas que jamás se debieron haber empuñado».
Lula y el equipo de transición debaten planes de revocación de decretos que facilitaron el acceso a las armas en los últimos años.
Langeani destaca otros datos de los ataques analizados por Sou da Paz: en todos los episodios con armas de fuego y muertes, los asesinos eran hombres y alumos o exalumnos de las instituciones.
El informe solamente considera hecho que incluyeron armas de fuego en los que los autores no fueron diagnosticados con problemas mentales. Por ejemplo, eso dejó fuera el ataque à una guardería en Saudades, en el estado de Santa Catarina, que dejó cinco muertos en mayo de 2021.
Se puede considerar que la salud mental influye en ataques y masacres, pero «no explican todos los casos» y no se pueden analizarse de forma aislada, explica el especialista. Langeani resalta:
Tenemos escuelas públicas y privadas que no están preparadas para tratar la salud mental […] Pero tenemos que tener cuidado de no achacarlo todo a la salud mental, porque varios de estos agresores no tenían diagnósticos de enfermedad mental […] De lo contrario, parece que es algo que no tiene otros responsables, no hay otros factores causales.
Influencias
Entre otros factores causales, también destaca la influencia de referencias neonazis, algo que viene creciendo en Brasil, según estudios, y el «efecto contagio/copia» ante ataques ocurridos en Estados Unidos. En 2022, el número de tiroteos en escuelas de Estados Unidos fue el mayor de diez años: 193 episodios con armas de fuego.
Cuantos más casos ganan notoriedad, (estos casos) reciben alabanzas y aplausos en estas plataformas de extrema derecha (…) Tanto en las masacres de Realengo como en la de Suzano, que, por el número de víctimas, fueron ampliamente estudiadas, la Policía (de Brasil) está encontrando contenido de masacres estadounidenses en estos autores brasileños. En efecto, hay una idealización/copia/adoración de esos autores mirando otros tipos de masacres, quieren repetirlas, quieren superar el número de víctimas (…). Esa parte –la peor parte– de la cultura norteamericana acaba importada a Brasil.
Sobre el caso de Aracruz, Langeani observa además una cuestión de evasión escolar del asesino (decisión que habría sido de los padres), el fácil acceso a las armas em casa y el hecho de que el asesino supiera conducir, además de la influencia del propio padre que según los reportajes, fue quien presentó a su hijo con la autobiografía de Adolf Hitler.
También destaca el hecho de que las cuatro personas muertas mujeres, lo que se repite en otras masacres. La Policía Civil de Espírito Santo afirma que el adolescente disparó a las víctimas aleatoriamente:
En muchos otros casos, está claro que los autores buscaban a las chicas, sentían odio por las mujeres y luego realizaban ataques selectivos, por lo que no era una coincidencia […]. Estos jóvenes estaban radicalizados e influidos por un discurso de odio a las mujeres, a lo femenino, y a menudo dentro de esta lógica de sentirse injustificados, no aceptados.
Las cuatro muertas en los ataques en Aracruz fueron tres profesoras y una alumna de 12 años.
Días después de los ataques en Aracruz, una escuela en la ciudad de Contagem, en Minas Gerais, estado vecino de Espírito Santo, fue vandalizada con pintas de esvásticas nazis:
VANDALISMO EM CONTAGEM
— Estado de Minas (@em_com) November 29, 2022
Escola é invadida e pichada com frases e símbolos neonazistas. Escola Municipal José Silvino Diniz, no bairro Solar do Madeira, amanheceu com vidros quebrados e suásticas desenhadas nas paredeshttps://t.co/6BOTzK66U1 pic.twitter.com/JTMACUVUfz
VANDALISMO EN LA CIUDAD DE CONTAGEM
La escuela es invadida y pintada con frases y símbolos neonazis. La escuela municipal José Silvino Diniz, en el barrio Solar do Madeira, amaneció con cristales rotos y esvásticas dibujadas en las paredes.
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APOLOGIA DEL NAZISMO EN CONTAGIO
Un juego en las redes sociales habría motivado un ataque contra una escuela en Contagem. La institución fue invadida durante la madrugada del martes (29/11) y pintadas con frases y símbolos neonazis.
El diario Estado de São Paulo enumeró al menos diez ataques neonazis en instituciones de enseñanza, ocurridos entre la última semana de octubre y el 1 de diciembre, en cuatro estados brasileños.
La ley del racismo brasileña determina que la apología al nazismo es un delito, prevé reclusión de uno a tres años y multa. Lia Vainer Schucman, doctora en psicología social que entrevistó el diario, afirma que la escuela es una “disputa cultural de ideologías» y por ese motivo, se escogen en los ataques.
Pocos días después de los hechos, el autor de los ataques en Aracruz, que es menor de edad, fue sentenciado a tres años de internamiento, tiempo máximo establecido como medida socioeducativa para adolescentes que infringen a ley.
En la ciudad de Ubá, Minas Gerais, otro adolescente se habría inspirado en el caso y planeó una masacre en su escuela el 30 de noviembre. Una denuncia anónima evitó una tragedia que, según relatos del propio estudiante, habría ocurrido por cuenta de su «insatisfacción» con la escuela y con la vida.
En un artículo de The Intercept Brasil, la periodista Fabiana Moraes recordó que cerca de un mes antes del caso de Aracruz, se registró otro ataque en una escuela de Sobral, en el Ceará, con una muerte.
Estos ataques deberían hacernos detener inmediatamente el ritmo. Deben hacernos mirar hacia nosotros, hacia fuera, hacia lo que nos importa y hacia nuestras prioridades como sociedad. Cuando nos convertimos en un país en el que son las escuelas y las universidades, los maestros, los profesores y los estudiantes los principales objetivos del odio extremo y, al mismo tiempo, del desprecio colectivo, deberíamos levantarnos inmediatamente.